Para un aficionado a los tebeos digamos, modernos, es toda una excepción hablar de una obra perteneciente al tebeo clásico español de la Postguerra. De igual forma, investigar un poco sobre éste material cuando lo más clásico que he leído han sido los TBOs, o números sueltos de La Familia Aznar o Roberto Alcázar y Pedrín, se plantea interesante y melancólico en ésta tarde de Febrero.