Tenía pensada una minicrítica comiquera "viviente", pero vistas las temperaturas que aún a la hora que escribo ésto fustigan mi cubículo, he decidido que ésta siga siendo mini, pero musical. Éstos días de vacaciones se reverdecieron los acordes en el coco, como plato que da vueltas al son del autista, y le he pegado varias escuchas de recuerdo...¡qué pedazo de disco!.
Yngwie J. Mälmsteen ya era "Dios con guitarra" en 1990 cuando editó "Eclipse", el trabajo que comento hoy. Venía de venderlo todo con "Oddysey" en el 88, y la exitosa gira que le sucedió corroboró su supremacía en el dominio de las 6 cuerdas en aquel entonces. Recuerdo como un forofo locutor de radio local, con el cd aún calentito en las manos y el alma en vilo, se dedicó a desgranar tema-por-tema el disco entero en su tarde de sábado radiofónica, babeando por la impactante (coincido) portada tanto como por todos y cada uno de los riffs y acordes que el sueco lanzaba por los altavoces.
La cosa es que, aunque novato yo aún entonces, lo que oía no me terminaba de calar como lo precedente del irascible guitarrista. Como dijo Espiral en la mini de Longshot guionizada por Ann Nocenti (¿quién?) y dibujada por Arthur Adams antes de hacer dibujos animados (o lo que sea que dibuja ahora, que más da): "El sonido brillaba y las luces resonaban". O lo que es lo mismo, como descubrí más tarde leyendo a alguien que sí entendía del tema, el disco estaba detestablemente mezclado.
Göran Edman (numerados de izquierda a derecha en la foto de grupo de más abajo, el 1º), excelente cantante, estaba forzado y chillón; los teclados del megaprofesional Mats Olausson (4º) por envolventes eran asfixiantes y empañaban otros aspectos de la grabación; un bajista con participación habitual en conocidas orquestas europeas, Svante Henrysson (5º), veía sepultada su aportación bajo un ronroneo de fondo indiferenciable, y Michael Von Knorring (2º), intérprete de creo recordar 17 instrumentos diferentes, con padres músicos, sufría que su trabajo a la batería fuera el más dañado y quedara rebajado, por desgracia, en algunos temas, a poco más de una caja de ritmos. De Yngwie (3º) no hablo: debido a que tan sólo su egocentrismo está a la altura de su genialidad, el trabajo de guitarra sublima toda la grabación y a la vez perjudica el resultado final, al no dejarse asesorar por alguien más versado en las labores de producción.
Si bien en Japón el cd fue un trallazo en ventas como sus predecesores, en EEUU y Europa supuso un pequeño descalabro, que lejos de hacer reflexionar a Mälmsteen sobre su actitud en la mesa de mezclas, lo instó a enfatizar aún más su control sobre todos y cada uno de los detalles de su trabajo... en fin.
A mi el cd entero me ha costado años (digo bien, años) disfrutarlo, excepción hecha de la balada de rigor "Save Our Love" que es una absoluta maravilla, y cuyo vídeo no le va a la zaga (echadle un vistazo aquí debajo).
Para los que uséis Emule, en el link de abajo tenéis el cd en cuestión, en versión remasterizada. Una escucha no os matará.
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