domingo, 13 de noviembre de 2011

Musicrítica/6: Yngwie Mälmsteen - Fire & Ice

Yngwie Malmsteen-Fire and Ice-carátula frontal

Yngwie Mälmsteen - Fire & Ice (1992)

Line Up
Yngwie J. Malmsteen: Guitars, sitar, pedals, background vocals
Göran Edman: Vocals
Mats Olausson: Keyboards
Svante Henryson: Bass guitar, cello
Bo Werner: Drums, background vocals
With:
Lolo Lannerback / flute
Michael von Knorring / drums on "Leviathan"
Ulf Forsberg / violin
Svein-Harald Martinsen / violin
Kalle Moraeus / violin
Per Bogberg / viola

Tracklist
1. Perpetual
2. Dragonfly
3. Teaser
4. How Many Miles to Babylon
5. Cry No More
6. No Mercy
7. C'est la Vie
8. Leviathan
9. Fire and Ice
10. Forever Is a Long Time
11. I'm My Own Enemy
12. All I Want Is Everything
13. Golden Dawn
14. Final Curtain
15. Broken Glass (Japanese Bonus Track)


Francamente espoleado por el traspiés crítico y comercial que supuso su obra de 1990 "Eclipse" (como podéis revisar AQUÍ ), y por la muerte de su hermano Björn (al cual dedica el álbum), el genio de la guitarra se puso manos a la obra para su vuelta a la grandeza. Hay que reconocer que aunque pagado de sí mismo, el tesón de Yngwie es descomunal, y para cuando 1992 vio en el mercado su nuevo trabajo "Fire & Ice", había varias cosas que estaban claras desde el prisma de la determinación de Mälmsteen. 

Fotografía promocional de Yngwie Malmsteen de 1990
Yngwie Mälmsteen: Genio y ego Neoclásicos al servicio de la guitarra

En primer lugar, que contento con su banda, repitió alineación, salvedad hecha con Michael Von Knorring en la batería, aquejado de problemas de salud, el cual dejó paso a Bo Werner ("Era un estúpido", diría Yngwie unos años después sobre él... genio y figura... ¡sigh!). Siguió acertando a continuación, pues corrigió el muy llamativo error de su CD previo al que dotó de una detestable producción, cogiendo las riendas de la misma en persona y creando, a día de hoy, uno de sus mejores trabajos en cuánto a desarrollo de estudio y mezclas post-grabación: EXCELENTE, todo en su sitio, clarísimo, quizás uno de los discos donde más cancha dio a todos sus músicos. Musicalmente, y quizás motivado por la idea de que su migración previa hacia un tipo de rock más AOR y comercial pudiera haber sido causa de parte del revés de "Eclipse", volvió a insuflar a su obra sangre clásica, y para ello optó directamente por añadir partes orquestales e instrumentales barrocas a buena parte de los temas. Y finalmente, consiguió sublimar su capacidad como letrista, muy bien apoyado por el fantástico vocalista Göran Edman en buena parte de la composición, ejemplo más de que usó todo lo que tenía dentro y alrededor de él para lograr lo mejor posible... luego ya vendría su viraje hacia un Heavy Metal más agresivo, donde las letras, sobre todo últimamente, brillan por su ausencia.

Fotografía de Yngwie Malmsteen y su grupo en 1992
Formación del 92: De izquierda a derecha, Göran Edman, Bo Werner,
Yngwie Mälmsteen, Mats Olauson, Svante Henrysson

El resultado, dicho todo ésto, no podría ser más que espectacular. Pero, y no es que particularmente yo no lo piense, no lo fue tanto, y no precisamente por culpa del material mostrado, sino por el motivo más viejo de abandono en el mundo de la música: las modas. Eran los 90, y Nirvana ya había puesto la semilla de todo un movimiento (muerto antes de nacer, diría yo)... el grunge. El disco ARRASÓ literalmente en Japón, donde fue multiplatino, también en Europa, pero en el mercado estadounidense, el público estaba pendiente de todo lo que olía a grunge, y obtuvo tenues respuestas.

Pasando al comentario uno a uno de los cortes del CD, éste se abre de manera magistral con una  concisa instrumental, "Perpetual", marca de la casa y espejo de todas las virtudes del sueco y sus dotes compositivas y guitarrísticas. El citado tema da paso a uno de los singles que se acompañó del correspondiente videoclip en su momento, "DragonFly" (bajo éste párrafo lo tenéis), un medio tiempo con brillantes arreglos  de teclados, coros muy bien diseñados, y un riff de guitarra muy rockero como el solo correspondiente, pudiendo pertenecer estilísticamente a "Eclipse" perfectamente.




Sigue el contenido más AOR y comercial con "Teaser", el otro single y video clip del CD (idem sobre dónde lo podéís ver), tema corto, marchoso y casi hecho a medida de las emisoras de radio, con un impresionante solo de guitarra y un estribillo pegadizo y machacón. Con "How Many Miles To Babylon"y su preciosa intro, Yngwie recupera el aire épico y evocador de sus composiciones más primarias, donde podemos ver una muestra de belleza conseguida en las letras, un esforzadísimo Edman a la voz, y un resultado final de lo más bonito del álbum. "Cry No More" es una de las joyas de éste trabajo, otra virguería letrística, un riff maravilloso de guitarra y un solo con arreglos sobre pieza de Bach que no acierto a recordar título, acompañado por una miniorquesta de cámara de la que Yngwie se rodeó para el evento. Lo mismo diseñó con "No Mercy", tema veloz muy similar a "Faster Than The Speed of Light" del "Odyssey" de 1988, con Edman dando todo lo que sus cuerdas vocales encierran, un nuevo intermezzo clásico orquestal con arreglos sobre "Badinerie" de Bach, y un asfixiante trabajo de guitarra deYngwie para rematar un tema sensacional.




Le sigue "C'est La Vie", con una original apertura usando cítara, un instrumento de cuerda oriental, pero que es quizás uno de los puntos flojos del CD, lenta y menos atractiva que sus acompañantes. "Leviathan" es otra maravillosa demostración del talento instrumental de éste hombre, con una base rítmica impresionante de batería y bajo, y una guitarra omnipresente en la calidad del tema, y el tema siguiente, "Fire & Ice", es, además del que da título al trabajo, un esforzado trabajo letrístico, un tanto autobiográfico también, y un corte que bien podría haber sido también single, con una combinación de arpegios demoledora  que constituyen el hilo principal de la canción. Perfecta, sin más. "Forever Is A Long Time" es un trallazo de velocidad, con LAS MEJORES letras de todo el disco, perfectamente ligadas y expresivas, nada convencional, con otro intermedio original orquestal clásico, y un solo relampagueante y eficaz. La balada de rigor, "I'm My Own Enemy", sin ser la mejor que Yngwie pueda haber hecho, cumple su labor y es emotiva, aunque algo repetitiva; lo mismo puede decirse de "All I Want Is Everything", pecando quizás en exceso de ese intento de repetir guiño al mercado AOR americano y a las emisoras de radio... flojita, floja. Y con una cortita y preciosa instrumental acústica, "Golden Dawn", el disco se desvanece con "Final Curtain", algo lenta y aburrida, en un intento de lograr épica sin conseguirlo. De paso, la edición japonesa añadía "Broken Glass" como bonus track, un tema de predominio de teclados del maestro Olausson, que cumple bien como regalo.

Si leéis bien lo dicho, éste CD debería estar en la discoteca de cualquier aficionado, y así lo pienso, con dos peros: probablemente un disco de menor duración y que hubiera prescindido de 3 ó 4 temas francamente de menor calidad, hubiera dado como resultado una obra maestra, y por otro lado, y de ello Yngwie no tiene culpa alguna, el puñetero Grunge se comió el terreno que seguramente podía haber disfrutado en los mercados.



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