lunes, 21 de enero de 2013

Musicrítica/11: Yngwie Mälmsteen - Spellbound

Yngwie Mälmsteen-Spellbound-carátula frontal


Yngwie Mälmsteen - Spellbound (2012)

Line Up
Yngwie J. Mälmsteen: All Guitars, bass guitar, keyboards, vocals, drums, sitar & cello

Tracklist
01. Spellbound
02. High Compression Fugue
03. Repent
04. Let Sleeping Dogs Lie
05. Majestic 12 Suite 1,2 & 3
06. Electric Duet
07. Nasca Lines
08. Poisoned Mind
09. God Of War
10. Iron Blues
11. Turbo Amadeus
12. From A Thousand Cuts
13. Requiem For The Lost Souls

Tras muchos años de ciega devoción, de considerarlo el número uno en mis preferencias musicales, y seguir sus trabajos con expectación, debo reconocer dolorosamente el día de hoy que Yngwie Mälmsteen ha tocado fondo en su descenso progresivo a los infiernos de su autoindulgencia. No ha sido una sorpresa total, pues su anterior álbum "Relentless" yo auguraba algo poco agradable, con más de medio trabajo instrumental, otro medio con letras banales y poco inspiradas, y Tim "Ripper" Owens preguntándose para qué se le había contratado si a la postre el escandinavo de oro cantaba incluso varios temas. No mencionemos por no reiterarnos la producción de la obra, confusa como poco.

"Spellbound" va más allá. Mucho más. Al sótano, vamos.
Una portada del CD egocéntrica más que icónica, una más diría yo, pero visto con perpectiva es casi lo mejor del trabajo. Para no extenderme demasiado, diré que Yngwie ha hecho propia la política de recortes económicos vigentes y se ha constituido en multiinstrumentista total de éste disco, aportando guitarras, bajos, teclados, voces y caja de ritmos en lugar de batería, lo cual, a priori, no debería ser cortapisa para una demostración de calidad.
Pero luego tenemos el tan controvertido tema de la labor de Mälmsteen como productor de sus obras, y basándome en ésta como podía hablar de alguna otra precedente, sólo cabe decir una cosa: APESTA. Duro pero cierto. Veamos, un músico de la categoría de Yngwie no puede ofrecer un material que simula crudeza y energía sin pulir, y que sin embargo es un torrente donde las bases rítmicas son una batidora contínua, monótona, reiterativa y mecánica, a costa de una batería que es poco más que una caja de ritmos programada, y una labor de bajo oculta bajo los pedales del doble bombo, salvo en contados fragmentos del CD. De los teclados digamos sólo que se ven fugazmente en alguna que otra intro, como la de "Majestic 12 Suite", y por lo demás pasan inaudibles bajo la avalancha rítmica, y sobre todo, el guitarreo solista del jefe. Eso sí, las guitarras por encima de todo, y solistas, porque no hay un sólo riff decente en todo el álbum. Parece una demostración megalómana de poderío virtuoso de casi una hora de duración, y poco más, cuando precisamente Mälmsteen ha sido " nada más y nada menos", toda una época de la guitarra.




Pasando al estudio de cada pista, el disco se abre con el tema que da título al mismo, una buena cadencia de guitarra, veloz acompañamiento, y multitud de carreras por el mástil, arpegios a millares, y en definitiva un orgasmo sónico que no lleva a ningún lado. Yngwie renegando de una de sus inspiraciones, la música clásica, donde todo fluye hacia un orden. A continuación "High Compression Fugue" es otra instrumental a medio tiempo, con fragmentos "groove" rítmicos, y un sólo perpetuo como hilo conductor del tema. "Repent" es el primero de los tres cortes cantados del CD, con Yngwie, que precisamente nunca ha lucido como Pavarotti, bramando con una voz tratada en producción como si lo andaran estrangulando dentro de un cuarto trastero, y eso grabado de lejos. En resumen, un tema sucio, corto gracias a Dios, y olvidable.

Le sigue "Let Sleeping Dogs Lie", tema bluesero, también cantado por Yngwie, pero curiosamente en ésta ocasión, salvable de la quema general junto a la inicial "Spellbound" y alguna más que comentaré más adelante, quizás por una melodía vocal que hace las veces de estribillo que no está del todo mal.
"Majestic 12 Suite" es el corte más largo del trabajo, instrumental de nuevo, donde las galopadas por el mástil, las escalas y la estructuración en arpegios con miles de notas es el único sin-sentido de la música. Recuerda a otros temas del sueco, pero tocados al triple de velocidad y la mitad de bien, con fragmentos acústicos (los cuales hay que reconocer que están dotados como pocos de la cualidad de emocionar, y eso es una virtud de Mälmsteen) que ponen por fin orden en el caos sónico, pero sólo brevemente pues el tema finaliza con la misma saturación de notas con la que comenzó.


Fotografía de Yngwie Malmsteen cantando
Yngwie, mejor cantar con moderación cuando no estás dotado para ello...

Ya a éstas alturas, su fan que lo es, o sea el menda, ya está cansado de escuchar. "Electric Duet" es un pequeño intermedio usando el recurso de guitarras dobladas y efecto "Delay" para ofrecer una pieza bonita, que no original puesto que está más que oída en las Demos de ¡1982! del guitarrista. "Nasca Lines" es otro corto vistazo al pasado, una concesión a la serenidad instrumental y a la ambientación, sonando un poco a "Pyramid of Cheops". Cae el tercer y último tema cantado por su egomaníaca majestad, "Poisoned Mind", una debacle vocal, porque podemos estar de acuerdo en que Yngwie no es un avezado vocalista, pero seguro que un experimentado productor podría haber hecho muchísimo por disimular la cazallosa voz del maestro, y no hacerle parecer un tipo acatarrado al que graban mientras alguien juega en la mesa de mezclas. Tan horrible como corto, por suerte.

"God of War" es similar a la citada "Majestic 12 Suite" en su intención: Yngwie se repite, se repite, se recrea... y aburre. Y no aporta nada. Y se contenta. "Iron Blues" reitera esa loable inclinación de Yngwie por las melodías blues a 1000 por hora, en la línea del "Spasebo Blues" de aquel maravilloso por especial "Live in Leningrad" de 1989. Dentro de la línea mórbida que condena el CD en general, es otro corte bonito que respetar. "Turbo Amadeus" es una versión acelerada del 1º movimiento de la Sinfonía Nº 25 en Sol menor K183 de Mozart, la cual da paso a "From a Thousand Cuts", otra montonera de arpegios reiterativos y carreras desaforadas de escalas... y son ya varios los temas que suenan IGUAL unos a otros en el trabajo. Para cerrar ésta decepción, "Requiem for the Lost Souls" entra dentro de los 3 ó 4 cortes indultables, con una belleza que supera la desastrosa producción, pero que obviamente es incapaz de levantar todo un CD de despropósitos.


Fotografía promocional de Yngwie Malmsteen en 2012
¿Hay vida después de los 50?

Yngwie Mälmsteen no está acabado, que nadie lo piense, Pero sí necesita dejarse aconsejar sobre como tratar su música y cómo enfocar su innegable talento. Dejar las labores de producción a un productor, las mezclas a un mezclador (porque la presencia de Keith Rose en los créditos como ingeniero y mezclador está subordinada a lo que el Ego quiera) rodearse de una banda implicada en su proyecto, perdurable y participativa, e impulsarse con todo ello de nuevo a la superficie de ésta fosa a la que se ha tirado de cabeza, por su proverbial testarudez, egomanía y carácter de perros.

Luca Turilli, evidente pupilo suyo, podría dar lecciones al Maestro. Lo espero con ansiedad.


2012-Yngwie.J.Mälmsteen-Spellbound-320kbps-Japanese Edition-[precisionquirurgica.blogspot.com].rar


Valoración diagnóstica

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