SINOPSIS:
En el siglo I de nuestra era, Pomponio Flato viaja por los confines del Imperio romano en busca de unas aguas de efectos portentosos. El azar y la precariedad de su fortuna lo llevan a Nazaret, donde va a ser ejecutado el carpintero del pueblo, convicto del brutal asesinato de un rico ciudadano. Muy a su pesar, Pomponio se ve inmerso en la solución del crimen, contratado por el más extraordinario de los clientes: el hijo del carpintero, un niño candoroso y singular, convencido de la inocencia de su padre, hombre en apariencia pacífico y taciturno, que oculta, sin embargo, un gran secreto.
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En mi anterior artículo sobre Eduardo Mendoza y su "Misterio de la cripta embrujada" reconocí quedar prendado de la fluidez, el humor y el dominio lingüístico desplegado en tal novela, y decidí pronto repetir suerte con otra obra del mismo autor, que hoy comento: el asombroso viaje de Pomponio Flato.
Sin abandonar el género detectivesco en el que se desenvuelve tan plácidamente, Mendoza nos sumerge en una historia mezcla de relato histórico y humor, donde el protagonista, un patricio romano aventurero e inquieto, se ve implicado sin querer en un asunto "divino". Dentro de un desarrollo de la trama similar a lo establecido en "La Cripta" y sus sucesoras de la serie, tan ameno como cabría esperar, no se pueden reprimir sonrisas a lo largo de las páginas, como por ejemplo cuando el autor desvela identidades ocultas ( y no tanto) de personajes históricos o de autenticidad atribuida, como Juan el Bautista, Ben-Hur, Barrabas, etc... .
Con guiños evidentes a las distintas entregas de la serie "Caballo de Troya" de J.J. Benítez, e incluso a "La Vida de Brian" de los Monty Phyton en los momentos de mayor esperpento del libro (como la escena en las murallas del templo ante la muchedumbre, o las referencias a los movimientos de liberación clandestinos judíos), éste es, repito, muy divertido... pero vuelve a pecar de lo que ya hice notar en mi crítica anterior: la premura y el agolpamiento a la hora del desenlace.
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| Poco que ver, pero algo es algo |
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| Hilarante como Pijus Magníficus, Pomponio Flato podría ser un personaje de la cinta de los Python, perfectamente |
Hecho éste agravado por un giro inesperado en el argumento para cerrar cabos sueltos del mismo, ya que grave es tener que recurrir al mismísimo Dios Apolo transfigurado para poder explicar determinadas circunstancias acaecidas. Como poco es chocante y te obliga a torcer el gesto ante tu lectura con aire incrédulo, pues no veo necesario tener que recurrir a tal artificio ya que resta verosimilitud a la historia por muy fantástica que parezca... opinad vosotros.
Por ello mi valoración, sin ser mala, no es tan benigna como yo mismo esperaba. Habrá que concederle al señor Mendoza más oportunidades. Las merece.
Valoración diagnóstica
Esa es la escena del Emperador gangoso? Python es la leche.
ResponderEliminarAsí es, has dado en el clavo. Muy fan de los Python, ¿eh?. Felices Fiestas.
EliminarBueno, en la anterior novela sí que veo un poco claro el "fallo" de guión a lo "Deux ex machina". Aquí le pasa algo similar pero el problema con este enfoque también es similar al que pasa con una gran película como "Operación Valquiria": sabes lo que va a pasar más o menos y el final contado tal cual sería una decepción completa... pero las licencias excesivas para adaptar tu novela a la realidad "histórica" suelen pagarse caras casi siempre. Lo del episodio de Apolo ya casi no me acuerdo (Aviso, lo tengo que revisar para confirmarlo) pero creo que es otro "guiño" a los sincretismos paganos de la época, o eso interpreté yo. Lo de los Monty Python, fíjate, no caí en eso, jeje.
ResponderEliminara pesar de todo, se me ha hecho muy entretenido pero bueno, cada autor tiene sus
Se me ha cortado :lol: Quiero poner que cada autor tiene su estilo y cuando lees varias novelas, sueles pillar el estilo y también sus defectos. Por ejemplo, para tramas históricas detectivescas, casi te recomiendo Umberto Eco (Sobre todo "El nombre de la Rosa")casi todos los libros con una buena argumentación histórica (En eso suele ceñirse casi siempre a la realidad, con uno o dos personajes inventados) pero se hace denso de leer y si no conoces la época que retrata, por muchas y variadas notas al final para que te aclares, hay cosas que cuesta pillarlas.
ResponderEliminar"El Nombre de la Rosa" está, precisamente, en la recámara de lecturas... :). Gracias por tus comentarios, siempre cultos, mucho nivel veo. Saludos.
ResponderEliminarBueno, tampoco creo que sea tanto :), a ver si me pasa igual que con las cadenzas finales de cierto post, jeje pero, me alegro de que mis comentarios sirvan.
ResponderEliminarJajjajajaja. Lo de las cadenzas fue un lapsus, pero fíjate que por casualidad vino a meternos en cintura la persona más apropiada con su comentario. Es la grandeza de la red. Saludos.
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